Poco después se
encuentra en la calle desorientada y sin saber a dónde ir, se da cuenta de que
dos guardas jurados del centro comercial la siguen. De pronto ve a un chino que
vende bicicletas en un tenderete de la calle y coge una, no se para a elegir,
no le importa cómo son, tan sólo quiere salir de aquella situación cuanto
antes. Pedalea sin rumbo fijo hasta quedar exhausta, se adentra por la selva
ignorando que se encuentra en la selva más antigua del mundo, y tan solo a 13
kilómetros del centro de la ciudad, sigue pedaleando hasta que la gran cantidad
de monos que había la hacen caer de la bicicleta, mientras, a su paso acudían
más y más monos. Cuando Anna intenta reanudar el camino, se da cuenta de que la
cadena de la bici está rota, entonces empieza a caminar sin rumbo fijo y cuando
cree que ha llegado a lo más profundo de la selva, se encuentra con un
santuario Hindú, se relaja, cree que sus perseguidores la habían perdido la
pista.
Anna se ve ante una estatua dorada de unos cuarenta
metros de altura, en aquel paraje, que
paradójicamente está desierto, sólo se oyen los gritos de los monos. Unos cuantos
se acercan a ella e intentan quitarle el
bolso, Anna intenta alejarlos de un manotazo pero éstos se ponen furiosos e
intentan atacarla. Anna no sabe porqué
pero saca la piedra negra de su bolso y todos los monos desaparecen como
si hubiera esparcido en el ambiente un repelente. Un trueno parece rasgar la
montaña que hace presagiar una gran tormenta, minutos después empieza a caer el
diluvio universal.
Anna sube empapada los 272 escalones que llevan al
santuario, allí de nuevo siente miedo, todo se encuentra solitario y no se percibe
ningún ruido que no sea su respiración pero una voz ronca le saca de sus
cavilaciones, tras ella se encuentra el comisario de policía que, sin más
dilación, le pide la piedra.
Anna sale del templo y baja las escaleras corriendo,
el comisario y dos hombres más van detrás de ella, Anna no sabe por dónde ir y
los hombres casi le alcanzan, el suelo está empapado, está descalza pues los
zapatos los ha olvidado en la puerta del templo.
De pronto oye gritos que piden socorro, mira hacia
atrás, y puede ver cómo los monos atacan a sus perseguidores, sigue corriendo y
se pregunta qué puede tener aquella piedra negra que sea tan importante hasta
el punto de matar.
Anna se encuentra cerca de un lago llamado Inde,
cuando llega a la orilla un pescador la mira compasivo pues su aspecto parece
deplorable. En la orilla deja vagar su
mirada, no puede pensar, sólo sabía que se encuentra sola, el pescador le dice
que si lo desea la puede llevar a la otra orilla. Sin más dilación, se monta en
la barca, mientras el barquero con una de las piernas enroscada en el remo,
hace mover la barca para poder así podía
utilizar las dos manos para recoger la red.
En la otra orilla, la espera un Imán que le habla de
la piedra, Anna le da la piedra al Imán y cuando este hombre tiene la piedra en
sus manos se da cuenta aterrada de que todo había sido una estratagema
perpetrada por aquel falso comisario y del no menos falso joyero, esa piedra
sagrada para los musulmanes había sido sustraída de la meca durante un atentado
ocurrido en una de las peregrinaciones.
¿Pero… por quién?
Anna de nuevo empieza a correr por la selva sin
rumbo fijo pero una mano se posa en su hombro y se detiene, su corazón parece
dejar de latir, mira asombrada que junto a ella se encuentra una de las
personas más queridas para ella, su hermano que desde su desaparición no cesó de buscarla.
Más tarde los dos juntos y sentados frente a frente,
saborean un delicioso arroz aromatizado y coloreado en azul por la flor Bungg
Telang. Anna se queda mirando fijamente el arroz y de repente busca los ojos de
su hermano que parece rehuirlos mientras distrae la vista mirando al camarero
que les llevaba en una bandeja leche de coco y calamares en salsa dulce. Anna
espera, sabía esperar, había aprendido quizás demasiado deprisa psicología, su
hermano sigue sin levantar los ojos hacia ella, parece esconder algo, Anna da
un golpe en la mesa con el mango del tenedor lo suficientemente fuerte como
para que su hermano levante la vista hacia ella y entonces Anna le obliga a
mantener la mirada y le dice:
-
Sólo quiero que me
digas una cosa, ¿Quién diablos te ha dicho a ti que yo me encontraba en Kuala
Lumpur? - Anna seguía con su mirada clavada en él- ¿Y porqué sabias que yo tenía una piedra
negra? ¿Acaso estas metido en toda esta trama? ¿Qué sacas en limpio mientras yo,
tu hermana, me sentía perseguida y en
peligro ignorando de dónde venía todo?
Anna,
después de estas palabras se levanta confundida y entra en uno de los salones
de lectura del hotel. Saca del bolsillo aquel folio en blanco y lo mira
obsesivamente. Entonces busca en su mente lo que podía significar la letra E, después
de tan sólo unos segundos sabe que se
refiere a España, la segunda letra, la B, tenía que tener alguna referencia…
era una casa de comidas que el comisario le había recomendado, su nombre era…se
quedó perpleja, Baba –Nyanya, y entonces recuerda que al preguntar en el hotel
dónde se encontraba aquella casa de comidas, supo que allí era donde se reunían
los antiguos pobladores chinos que se habían desposados con mujeres malayas. La
K posiblemente es la letra que corresponde a Kuala y ahora Anna coge carrerilla,
la L era la sigla de Lumpur ya habían previsto a donde tenía que dirigirme. La
M de Malasia pero la A, no acertaba a encajarla en aquel puzle, de repente un
escalofrío recorrió su cuerpo, por la A comenzaba el apodo que desde su
adolescencia había ostentado su hermano ”Adonis”.
Anna sin decir nada más abandona el salón y a la
salida puede ver a dos policías malayos que se llevan a su hermano…
Cuevats de Batu (Templo Thean Hou)
Fuente: parenelmundoquesubo.blogspot.com
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