domingo, 26 de abril de 2015

Lo que jamás se atrevió a contar (final)

Seguidamente se adentra por uno de los pasillos siguiendo el olor que desprende la cocina cuando se está guisando, cuando llega, se asoma a la puerta, la mujer menuda se encontraba removiendo el contenido de un puchero de donde desprendía un olor dulzón.

 Anna mira a la mujer manipular el fogón, lo que ve la queda perpleja, en esos momentos metía en la olla un brazo humano, entonces siente que una fuerza misteriosa le obliga de un empujón a entrar en la cocina como una exhalación, la mujer da un paso hacia atrás al encontrarse desprevenida y en su torpeza tropieza con el cubo donde se encontraban trozos de carne humana, en el encontronazo pierde el equilibrio y cae hacia adelante, se agarra la olla provocando que su contenido caiga sobre su cara. Anna se encuentra confusa ante lo que está presenciando, aquella mujer daba alaridos por las quemaduras de su cara; entonces como si de algo natural se tratara, Anna la conduce de la mano hacia el pozo, dejando caer su menudo cuerpo convertido en una llaga al fondo. 

Anna no sabía cuántos más podía haber en la casa, estaba segura de que debía haber alguno más y de nuevo recorre la casa con sigilo, en apariencia no parecía haber nadie más, estaba sola, pero notó cómo un estremecimiento recorría su cuerpo cuando tuvo la conciencia de tener a sus espaldas dos cadáveres. 

¿Qué era lo que había hecho? 

¿Era tal vez una criminal en potencia?

 ¿Desde cuándo? 

Entonces en medio de su confusión, creyó oír una voz, una voz que parecía tranquilizadora, que salía de una de las habitaciones:
- No te culpes de nada, no has hecho nada más que lo que debías hacer. 
Al volver la cabeza, pudo sentir una suave ráfaga de viento perfumado que parecía esparcirse por la estancia.

¿Sería algún ser incorpóreo el que le hablaba? 

Aquella voz parecía querer decirle muchas cosas, pero Anna solo entendió que tenía que salir cuanto antes de aquella casa.

 ¿Qué tragedia encerraban aquellas paredes?

 ¿Serían aquellos que se hacían pasar por guardas de la casa los artífices de lo allí ocurrido? 

Anna con los pensamientos agitados y los nervios a flor de piel, sale a toda prisa sin mirar atrás, sigue un sendero, sus pasos son precipitados, llega a una curva pronunciada donde el sendero se vuelve escarpado, casi inaccesible y mientras intenta salir de aquel lugar oye cómo los perros del entorno se esconden medrosos tras los helechos al verla pasar.  Las sombras de una noche prematura y misteriosa se va apoderando de aquel lugar alargando en su caminar y a cada paso su silueta, pero su sombra no caminaba. 
Anna de pronto y en el silencio puede oír llantos y risas infantiles que parecen salir de la casa, pero cuando vuelve la cabeza, sólo puede ver en su lugar, una portada en forma de arco donde reza una inscripción "CEMENTERIO DEL CIGARRAL".
De lo más alto se balanceaba un cuerpo de un chico, en su mano tenía un pequeño coche descapotable igual en el que ella viajó hasta allí

 ¿Por qué Anna omitió en su relato la verdad de los hechos quedando así la obra incompleta?

lunes, 20 de abril de 2015

Me dirijo a todos los que seguís mis relatos. Permitidme, que abusando de vuestra fidelidad, aproveche para transmitiros una necesidad que siento en mí, la de promocionar ésta mi querida ciudad, que es Cáceres, Patrimonio de la Humanidad, título concedido por la Unesco. ¿Por qué os cuento esto?, ahí van mis razones: Un buen día recibí la buena noticia de que la existencia de una asociación llamada TORRES DE CÁCERES, donde unos cuantos ADALIDES como verdaderos capitanes se habían lanzado sin temor a una lucha sin cuartel en pos de salvar y defender una maravilla digna de ser contemplada por todo aquel que aprecie la historia, la zona intramuros de Cáceres, y entré a formar parte de este ejército como soldado raso. Y de ahí ha surgido la idea de contar que Cáceres ha sido nombrada Capital Gastronómica 2015 tomando el relevo a Vitoria-Gasteiz, y que tenemos que aprovechar esta oportunidad poniendo nuestro granito de arena para que una Ciudad tan noble, bella y una de las mejor conservadas de las ciudades medievales de Europa, tenga la difusión internacional que por méritos propios se merece. A vosotros, mis lectores internacionales, os digo que ya sabéis de Cáceres por mis relatos ya que muchos de ellos están ambientados en la Ciudad Monumental pero me gustaría invitaros a contemplarla, que paséis la barrera del presente para transportaros a un pasado lleno de misterios y de leyendas escalofriantes. Podréis disfrutar de un lento paseo al anochecer, acompañados por la luna, que hace de guía muda por las laberínticas callejuelas, mientras las farolas, ajenas a su cometido, se encuentran apostadas en cada una de las esquinas y tintinean con luces oscilantes y misteriosas, haciendo revivir al caminante una época pasada y fuera de la realidad. Si os apetece, este es el momento oportuno para visitarla, podéis estar seguros que no quedareis defraudados. Y para mis lectores cacereños, mis amigos más cercanos, os animo a promocionar el patrimonio cultural, histórico-artístico, arquitectónico y gastronómico de la Ciudad de Cáceres, fomentar la recuperación de sus tradiciones y valores e impulsarla como destino de excelencia turística. Os esperamos en Torres de Cáceres. No olvidéis, que uno a uno, somos muchos…

miércoles, 15 de abril de 2015

Lo que jamás se atrevió a contar (2ª parte)

Es obligada a bajar unos peldaños desiguales, dándole la sensación que la estaban metiendo en un lúgubre sótano, al entrar su cabeza se cubrió con las telarañas que reinaban en aquella estancia, aquel lugar se encontraba sumido en la más estricta oscuridad; palpa las paredes buscando un hipotético amparo en su ya incipiente desesperación, poco después pudo comprobar que se encontraba en un sótano y que debía estar olvidado hacía mucho tiempo, pues por allí pululaban todas clases de insectos que viven en la oscuridad. Ya no es tan optimista, pues lo que estaba viviendo no era para nada halagüeño, pues empezaba a emerger un sentimiento de miedo que no creyó poseer. Entonces cree que sería un descalabro, si llegara a estar mucho tiempo encerrada, pues en esas circunstancias no podía escribir, sin luz, ni tan siquiera tenía un trozo de papel… Desilusionada apoya su cuerpo tembloroso en la pared, poco después camina vacilante como son los primeros pasos de un bebé, necesitaba pensar en algo que aliviara su desamparo, buscar cualquier resquicio de luz que le diera algo de seguridad en una estancia insegura. Su espanto se acrecienta cuando algo choca con su cabeza, lo toca, era algo frío y duro cómo una piedra, espera unos segundaos hasta serenarse, ya empezaban sus ojos a adaptarse a la oscuridad, pero de nuevo ese algo vuelve a rozar su cabeza…también la cara, aquello lo que fuera la estaba asustando, pues se balanceaba, entonces quiso adivinar que se trataba de un cadáver que se hallaba colgado de una viga del techo. Aquella situación imprevista hizo en ella el efecto contrario al terror, enseguida imaginó que entre aquellas tinieblas podía habitar una fuerza invisible que le podían ser un excelente argumente para su novela, entonces, despertó su imaginación, empezando a forjar sin dificultad todas las posibilidades y combinaciones que peligrosamente le empezaron a aflorar hasta hacer emerger en ella sus más bajas pasiones. Se asusta ante estos pensamientos que le pareció no eran adecuados en esos momentos, se apoya indolente en la pared, cuando siente que se mueve acompañada de un chirrido de hierro oxidado, más que asustarse, despertó en ella una esperanza, que era dominada por una insaciable ansiedad por lo desconocido, de nuevo y, sin razón, volvieron a dominarla los más turbios y anhelos oscuros. Se introduce por aquella oquedad, reinaba la misma oscuridad, sigue caminando, de repente un olor a humedad le inunda las fosas nasales que se va acrecentando a cada paso que daba, poco después descubre un pequeño punto de luz, se dirige hacia él como una mariposa acude a la luz. No sin dificultad, se acerca donde creyó estaba aquel punto de luz, esperanzada sabe que se encuentra en el fondo de un pozo seco ¿acaso era el mismo que ella vio en aquel patio porticado? Busca la soga que pendía de una polea, logra asirse a ella, con los pies apoyados en la estrecha pared escala con la intención de llegar hasta el brocal agarrada a la cuerda. Oye voces, pero cuando abre la boca pata pedir auxilio, sus músculos se tensan más de la cuenta al oír que hablaban emitiendo aullidos coléricos y entonces supo que estaban hablando de ella. Anna ya no podía resistir por más tiempo el esfuerzo al que tenía sometida a sus piernas y brazos, estaba segura que se había metido en un avispero con una difícil salida, entonces decidió esperar a que oscureciera, sabía que no había otra alternativa. Poco después pudo oír la vos de aquella mujer menuda que decía: - No hay de qué preocuparse, la tengo a buen recaudo, aunque anoche cenó poco, lo que le puse en el vaso del agua fue lo suficiente para que perdiera el sentido de la realidad. Entonces Anna recuerda, que antes de subirse a la cama vomitó al sentir molestias en el estómago. Ya había anochecido cuando en el silencio decide salir del pozo, con un impulso que le sorprendió al no encontrar ninguna dificultad. Una vez en el patio su cabeza empezó una sofisticada estrategia, pero antes de ejecutarla, debía poner orden el aglomerado de sensaciones, pues éstas podían impedirle lo que se suponía debía hacer, pues recordó que unos meses antes en uno de sus sueños vivió que la situación en la que se encontraba ¿Y si hubiera estado de ante mano todo planificado?. Claro siempre creyó que todo era un sueño literario. La despierta inteligencia de Anna se encontraba en plena confusión; algo le impedía razonar con claridad, entonces decide buscar por la casa a los que se hicieron pasar por posaderos, era evidente que tramaban algo peligroso, pues habían demostrado que eran de la más baja ralea. Anna oye unos pasos, su corazón se desboca, se esconde tras una columna, el hombre no la ve pero, cuando llega a su altura incomprensiblemente Anna se pone ante él, éste al verla tan decidida, sonríe complacido, ella también sonríe, el hombre amenazante se acercaba a ella cada vez más peligrosamente, y en un alarde de valentía Anna se desprende del pasador que sujetaba su pelo, el hombre vuelve a sonreír confiado, entonces Anna con sutil coquetería se abraza a su cuello clavándole el pincho del pasador en la vena carótida; el hombre seguía mirándola con cara de idiota, mientras se desangraba vaciando sus venas lo lleva dócil cómo si fuera un muñeco de guiñol hasta el brocal del pozo, segundos después caía al fondo. Continuará...

viernes, 10 de abril de 2015

Entrada de prueba


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