miércoles, 5 de febrero de 2014

Dos amigas (2ª parte)



Anna, mientras tanto seguía sentada en el banco y Sonia podía ver cómo lloraba lágrimas abundantes que  brotaban de unos  ojos que parecían de otro mundo. Entre sollozos  decía:
- Yo no deseo volar por el espacio.
- Pero Anna ¿qué estás diciendo? Sólo has tenido una pesadilla.
- ¿Tú crees? -dijo más serena- porque yo estoy segura que si esta situación, que están provocando los dignatarios del mundo por la lucha por el poder ambiciosos de conseguir ser ellos solos los beneficiados, si esto sigue así, no puede durar mucho tiempo Sonia, esto se acaba.
- ¿Pero cómo puedes pensar que el mundo se puede acabar por una crisis que es sólo un accidente mercantil? Creo que lees demasiados periódicos sensacionalistas - le decía Sonia.
 - Piénsalo- repetía Anna ignorando con exactitud qué era lo que podía pasar- Si la tierra, dejara de funcionar  y parase la productividad, ellos los poderosos serían los primeros en viajar por el espacio hasta que encontraran un planeta dónde pudieran volver a empezar de nuevo. Tendrían que llevarse la mano de obra y entonces todo quedaría igual con una salvedad, quizás muchos de los asalariados que se fueran con ellos, si no fueran capaces de adaptarse al clima, que seguramente es hostil para los terrícolas…
- Entonces ¿qué crees tú que pasaría?- le dijo Sonia cada vez más asustada. Mientras tanto, a pesar del bullicio que provocaba la gente ante aquel terrible episodio del  jardín, se empezaron a oír con una nitidez espeluznante las sirenas de las ambulancias, coches de policías, todos en unos minutos desalojaron a los curiosos y el parque se quedó vacío.
Ahora era Anna la que intentaba calmar a Sonia al verla tan agitada. Minutos después  y mientras caminaban por una de las avenidas, le dijo:
-          Es muy sencillo, todos los inadaptados, los que no sirvieran para desarrollar el trabajo, serían arrojados al espacio infinito hasta que fueran desintegrados.
-          Pero, esto sólo puede ser una hipotética forma de hablar ¿o no? - dijo Sonia, cada vez más asustada y sacando fuerzas de flaqueza.
 Anna respondió:
-           Yo estoy segura que esto no nos vaya a suceder.
Las dos amigas, apesadumbradas se despidieron hasta el día siguiente.
Aquella noche Sonia, no pudo dormir pensando en la conversación que había mantenido aquella tarde con su amiga. Toda la noche la pasó entre un revoltijo de sábanas que parecían querer maniatarla para que no escapara de su destino que ya estaba escrito.
No obstante por dentro sentía la corrosiva impresión de que quizás todo lo que su amiga le había contado podía ser una cruda realidad y como no podía dormir, se esforzaba  en pensar que todo esos pensamientos de Anna refiriéndose al ser humano,  eran cómo esas escaladas en grupos en las que todos los componentes van concienciados de que todo les va a salir bien, en la subida  nunca se debe pensar en un posible resbalón, porque si caes puedes llevar en el arrastre toda la cordada. Sonia, cerró los ojos con fuerza e intentó convencerse de que la humanidad no debía ni podía llegar a esos extremos, cómo el  de resbalar, pues eso sería rayar en la estupidez.
Al día siguiente Sonia llamó a Anna nada más levantarse, necesitaba saber de dónde le pudo venir aquel sueño. Se citaron en una de las terrazas de moda en el centro de la ciudad. Sonia insistió a Anna para que le contara algo más de aquel extraño sueño.
Anna, muy seria le  decía a Sonia:
-          La historia es lo más sencillo de comprender, puesto que es historia y se puede leer  porque además ha sucedido, pero piensa que mi sueño aún está por realizarse, por esa razón tú en tu subconsciente no  quieres aceptar esa realidad que acecha a la humanidad; porque tú sabes que al no haber pasado el suceso, no puede haber historia, pero entiéndeme, eso es lo que hay.
Sonia, tienes que comprender que los llamados Señores del Mundo tan sólo por el mero hecho de tener poder, no piensen con la cabeza serena  lo que están haciendo; que es global, porque se extiende de norte a sur por este maravilloso globo terráqueo. Todos, absolutamente  todos, lo están haciendo de desastre, nosotros los que  formamos parte de  esta enrevesada partida de ajedrez, como  peones de esta singular  jugada, seremos como siempre los perjudicados.
-          ¿Qué estas diciéndome Anna? No me asustes más de lo que estoy.


Continuará...





Parque del Retiro (Madrid)
Fuente: www.fotomadrid.com

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