Aquella
zona, nunca supo el porqué, le puso los pelos de punta cuando tuvo el folleto
turístico en sus manos.
Un
día después sobrevuela la isla, hace hasta cinco pasadas con el permiso de las
autoridades y abajo todo parece normal, los turistas pasean por el mar en
catamarán, sorteando los arrecifes y coralinas. Desde lo alto se vislumbra un
colorido en movimiento, inimaginable de belleza que solo la naturaleza sabe
dar.
Pero
¿dónde pueden estar…?
Mientras, del fondo del mar de color esmeralda
surge una especie de tubo largo y transparente que hace temblar el aparato y el
piloto tiene que hacer un viraje brusco para no chocar con un arrecife. En la
terrible confusión que siente Blanca sus ojos se abren desorbitadamente. Estaba
segura de haber visto esa luz en otra ocasión, como la de aquel rayo que
parecía perseguirla y ahora había vuelto a surgir del fondo del mar. Su cabeza
de tanto pensar, se quedaba bloqueada.
El
piloto de la aeronave no se mueve, en unos segundos emite un ruido gutural y
cae desplomado sobre el cuadro de mando. Blanca al verlo inmóvil se queda
paralizada de terror y cuando reacciona busca el que pudiera ser el piloto
automático, todos los botones del cuadro de mando eran similares a excepción de
tener diferentes colores.
De
repente un pitido insistente le hace salir de dudas, tenía que ser el que
llamaba a atención, lo pulsa y en unos segundos y antes que pudieran chocar con
la superficie del mar, la nave se estabiliza. Ahora busca con desesperación el
manual de primeros auxilio y las balizas de emergencias bajo el asiento del
copiloto pero no encuentra nada que pueda hacer para llamar la atención de
alguna torre de control. Intenta
serenarse, en algún sitio tenía que haber un GPS que le permitiera enviar
coordenadas, pero allí no había de nada.
Un
frio aterrador se apodera de la cabina y Blanca mira por la ventanilla confusa
por creer estar atravesando un glaciar que separa su bloque helado para que
pase la nave. En unos segundos ya no puede moverse y siente cómo se congelan sus
extremidades. Una voz extraña le habla por un altavoz y ella escucha aterrada y
al mismo tiempo esperanzada, quizás ya estaban sobre su pista. De repente la
nave empieza a dar vueltas como una lavadora centrifugando y pierde la razón.
Cuando
despierta, ve a su hermana, su cuñado…
-
¿Dónde estoy? ¿Qué hacéis aquí?
Para
Blanca es una pesadilla, pero la sosegada voz de su hermana le dice:
-
No temas, ya nos has encontrado ¿no es esto lo que querías?
Se
miran, un silencio.
Gloria
le dice:
-Tu
potente fuerza mental al querer encontrarnos rompió una barrera que no todos
consiguen pasar, nosotros lo conseguimos con el esfuerzo de nuestra mente y
ahora que lo sabes no hay marcha atrás pues nos encontramos en otra dimensión.
Sus
ojos se abrieron desmesuradamente, cuando descubre tras su cuñado a su abuela,
que se acerca a ella y le acaricia la cara para tranquilizarla. Con voz queda
le dice:
-
No tenías que haber corrido tanto para
llegar hasta nosotras, ahora tienes que permanecer en espera hasta que llegue
tu hora.
Nunca
quiso saber cuánto tiempo estuvo en estado de shock pero al despertar vio un
mundo nuevo, puro como el corazón de un niño y pensó: Estos seres parecen felices ¿pueden ser los desaparecidos? Ahora lo veía claro, se
encontraba en un mundo donde no existía la ambición ni la envidia, esa mala
consejera donde con tan solo pronunciar una palabra puede hacer tanto daño que
al ser humano que recibe esta afrenta lo puede llevar al límite de la
desesperación.
Entonces
comprendió las advertencias de la abuela y se preguntó: ¿Por qué la mira con esa
sonrisa enigmática? Blanca la interpretó como si le estuviera infringiendo una
lección de paciencia. Y entonces supo que su abuela sabía todas las respuestas
¿le contaría algún día la verdad?
Después
se encontró caminando por un jardín al que no supo cómo llegó y el ambiente que
inundaba el espacio eran los sones de una deliciosa música, tanto que al
elevarle los sentidos se creyó estar en el cielo. ¿Habría sobrepasado Blanca
esa barrera de la que tanto se habla? O tal vez es que el espíritu necesita
separarse unos minutos de la realidad para permitirnos soñar.
Aquella
noche Blanca en sus sueños creyó encontrarse en la casa cacereña de sus
antepasados donde pone en marcha un antiguo tocadiscos y elige al azar una
sinfonía de Vivaldi donde en perfecta armonía se mezclaban, violines,
violonchelos, violas, clarinetes, trombones…se acomoda, cierra los ojos. La
composición en estilo moderno era de una complejidad inmensa que le llegaba sin
dificultad a la mente, al cuerpo y al espíritu de manera tan profunda que se
dejó transportar a un mundo mágico e impresionante. ¿Pero acaso era la primera
vez que se elevaba su espíritu haciéndola traspasarse a otra dimensión?
Su abuela y hermana
desde una fotografía en sepia la miraban sonrientes.